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¿Qué es el VIH/SIDA?



Hospital San José te Orienta

Este artículo está diseñado para educar y guiar. El diagnóstico e interpretación de los resultados deberá realizarse por su médico especialista y en el contexto clínico de cada paciente. Consulte previamente a su médico, quien es el único facultado para indicar a cada paciente el tratamiento adecuado a realizar.


El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) es uno de los virus más conocidos en el mundo de la salud, pero aún existen muchas dudas sobre qué es realmente y cómo afecta al cuerpo. En este artículo, te proporcionamos información clave sobre el VIH, su transmisión, prevención, los síntomas y el tratamiento disponible, con el objetivo de aclarar conceptos y fomentar la concientización sobre esta enfermedad.

Es importante destacar que el VIH no es lo mismo que el SIDA. Mientras que el VIH es el virus que causa la enfermedad, el SIDA es la fase más grave de la infección por VIH, que ocurre cuando el sistema inmunológico se encuentra muy debilitado.

El diagnóstico temprano del VIH es esencial para comenzar el tratamiento cuanto antes y evitar que el virus avance a una fase crítica. La prueba del VIH se realiza mediante un análisis de sangre que detecta la presencia del virus o de anticuerpos producidos por el cuerpo en respuesta al virus.

Hoy en día, gracias a los avances médicos, las personas que viven con VIH pueden llevar una vida saludable y activa con el tratamiento adecuado. El tratamiento antirretroviral (TAR) es una combinación de medicamentos que inhiben la replicación del virus en el cuerpo, lo que permite mantener el sistema inmunológico fuerte y prevenir la progresión hacia el SIDA. Si se sigue correctamente el tratamiento, una persona con VIH puede vivir muchos años sin desarrollar la enfermedad.


¿Qué es el VIH?


El VIH es un virus que afecta al sistema inmunológico de la persona, específicamente a las células T CD4, que son cruciales para defender al cuerpo de infecciones y enfermedades. Con el tiempo, si no se trata adecuadamente, el VIH puede debilitar tanto el sistema inmunológico que el cuerpo se vuelve vulnerable a infecciones graves y ciertos tipos de cáncer. Este estado avanzado de la infección se conoce como SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida).


¿Qué es el SIDA?


El SIDA es la fase final de la infección por VIH, cuando el sistema inmunológico de la persona está tan dañado que ya no puede defenderse adecuadamente contra infecciones y enfermedades. No todas las personas que viven con VIH desarrollan SIDA, especialmente si siguen un tratamiento adecuado. Sin embargo, sin tratamiento, el VIH puede progresar al SIDA.

Cuando una persona tiene SIDA, su recuento de células T CD4 cae a niveles peligrosamente bajos (menos de 200 células por milímetro cúbico de sangre, cuando lo normal es entre 500 y 1,500) y su capacidad para combatir infecciones y algunos tipos de cáncer se ve gravemente afectada.


Posibles síntomas del SIDA


Los síntomas del SIDA son muy graves y se deben a las infecciones oportunistas (aquellas que aprovechan la debilidad del sistema inmunológico) y ciertos cánceres que pueden desarrollarse en esta fase avanzada. Algunos de los síntomas más comunes del SIDA incluyen:


  • Pérdida de peso rápida e inexplicable: Un signo muy característico es la pérdida de peso drástica, conocida como caquexia.

  • Fiebre persistente: Fiebre alta que no cede con medicamentos comunes.

  • Sudores nocturnos: Episodios de sudoración excesiva, especialmente por la noche.

  • Infecciones recurrentes: Como neumonía, tuberculosis, infecciones fúngicas, entre otras.

  • Cansancio extremo: Fatiga severa que no mejora con el descanso.

  • Diarrea crónica: Inexplicable y que no mejora.

  • Lesiones en la piel, los ojos o la boca: Incluyendo úlceras orales, lesiones genitales o sarcoma de Kaposi (un tipo raro de cáncer de piel).

  • Problemas neurológicos: Como pérdida de memoria, confusión, depresión, problemas de concentración o incluso demencia.


¿Cómo se transmite el VIH?


El VIH se transmite a través de ciertos fluidos corporales, como la sangre, el semen, los fluidos vaginales, el líquido preseminal y la leche materna. Las formas más comunes de transmisión son:

  • Relaciones sexuales sin protección con una persona infectada.

  • Transfusiones de sangre o productos sanguíneos contaminados.

  • Compartir agujas o jeringas en prácticas de consumo de drogas intravenosas.

  • De madre a hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia.


Posibles síntomas del VIH


El VIH puede estar presente en el cuerpo durante años sin mostrar síntomas evidentes, lo que hace que la persona no sepa que está infectada. Sin embargo, el virus pasa por diferentes etapas, y los síntomas pueden variar dependiendo de la fase de la infección.


  1. Fase aguda (2 a 4 semanas después de la infección)

En las primeras semanas después de la infección por VIH, algunas personas experimentan síntomas similares a los de la gripe o infecciones virales comunes, en una condición conocida como síndrome retroviral agudo (SRA). Estos síntomas pueden incluir:

  • Fiebre.

  • Dolor de garganta.

  • Ganglios linfáticos inflamados.

  • Erupciones en la piel.

  • Dolores musculares y articulares.

  • Dolores de cabeza.

  • Úlceras bucales o genitales.

  • Cansancio extremo.

No todas las personas experimentan estos síntomas, y algunos pueden confundirse con una simple gripe u otra infección viral. Debido a esto, muchas personas no buscan atención médica en esta fase, lo que puede retrasar el diagnóstico.

  1. Fase crónica (fase asintomática)

Después de la fase aguda, el VIH entra en una fase crónica, donde el virus continúa multiplicándose, pero generalmente no se presentan síntomas evidentes. Esta fase puede durar varios años (si no se recibe tratamiento). Aunque la persona puede sentirse bien, el virus sigue debilitando el sistema inmunológico lentamente.

Es crucial en esta fase hacerse pruebas periódicas y comenzar el tratamiento antirretroviral (TAR) para evitar que el virus avance a etapas más graves.

  1. Fase de progresión a SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida)

Si el VIH no se trata y progresa a SIDA, el sistema inmunológico se ve gravemente dañado. Esto puede llevar a una persona a ser vulnerable a infecciones oportunistas y ciertos tipos de cáncer. Algunos de los síntomas más comunes en esta fase incluyen:

  • Pérdida de peso rápida e inexplicable.

  • Fiebre persistente y sudores nocturnos.

  • Diarrea crónica.

  • Cansancio extremo que no mejora con el descanso.

  • Infecciones recurrentes como neumonía, tuberculosis o infecciones de la piel.

  • Lesiones en la boca, los genitales o el ano.

  • Confusión, pérdida de memoria o problemas de concentración.

En esta fase, es fundamental recibir tratamiento antirretroviral para controlar la carga viral y fortalecer el sistema inmunológico.


Prevención del VIH


La prevención es clave para reducir el riesgo de transmisión del VIH. Algunas estrategias eficaces incluyen:

  1. Uso de preservativos: El uso adecuado y constante de preservativos durante las relaciones sexuales es uno de los métodos más efectivos para prevenir la transmisión del VIH.

  2. Profilaxis previa a la exposición (PrEP): Es un medicamento que puede tomar una persona que no está infectada con el VIH, pero que tiene un riesgo elevado de contraerlo. La PrEP reduce en gran medida el riesgo de infección por VIH.

  3. Profilaxis posterior a la exposición (PEP): Es un tratamiento de emergencia que puede tomarse después de una posible exposición al VIH, pero debe iniciarse dentro de las 72 horas posteriores al contacto.

  4. No compartir agujas ni jeringas: En personas que consumen drogas intravenosas, esta es una medida fundamental de prevención.

  5. Testeo regular: Realizarse pruebas periódicas de VIH es crucial para detectar el virus a tiempo y tomar medidas para protegerse y proteger a los demás.

  6. Tratamiento durante el embarazo: Si una mujer embarazada es VIH positiva, el tratamiento adecuado puede evitar la transmisión del virus al bebé.


Mitos comunes sobre el VIH


Existen muchos mitos y malentendidos sobre el VIH, lo que puede generar miedo y estigmatización. Aquí desmentimos algunos de los más comunes:

  • El VIH no se transmite por contacto casual: El VIH no se transmite a través de abrazos, besos, compartir utensilios de cocina, ni en entornos como piscinas o baños públicos.

  • El VIH no tiene cura, pero es tratable: Aunque actualmente no existe una cura definitiva para el VIH, los tratamientos antirretrovirales permiten que las personas con VIH lleven una vida normal.

  • Las personas con VIH pueden tener hijos saludables: Con el tratamiento adecuado, una persona VIH positiva puede tener hijos sin transmitir el virus.


Apoyo a las personas con VIH


El diagnóstico de VIH puede ser abrumador, pero el apoyo emocional y psicológico es fundamental para ayudar a las personas a manejar la situación. Los hospitales y centros de salud suelen contar con servicios de consejería, grupos de apoyo y programas educativos que permiten a los pacientes comprender mejor su enfermedad, cómo manejarla y cómo vivir una vida plena y saludable.

Además, muchas organizaciones no gubernamentales en México ofrecen recursos y apoyo a las personas que viven con VIH, promoviendo la inclusión y combatiendo la estigmatización. Algunas de estas organizaciones incluyen:

  • Censida (Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el Sida)

  • Fundación Mexicana para la Salud (FUMESA)

  • Red Mexicana de Personas que Viven con VIH/SIDA (REDVIH)

  • LIMAC (Liga Mexicana contra el Cáncer)


No dudes en acudir a tu médico o al centro de salud más cercano para recibir orientación.

Recuerda: prevenir, conocer y actuar a tiempo puede marcar la diferencia.



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